La señalización horizontal de las vías públicas, por medio de marcas viales, constituye junto con la señalización vertical una importante ayuda para los usuarios de aquéllas, contribuyendo a reglamentar la circulación y balizar la vía, mejorando su comprensibilidad por parte del usuario. La ordenación de la circulación representada por ambas señalizaciones debe coordinarse no sólo entre si, sino también con otros elementos de la vía -trazado. entorno, etc.-, que asimismo influyen decisivamente en la seguridad y comodidad de su explotación.
Requisito fundamental de la señalización es, además de su conformidad con los principios contenidos en los convenios y acuerdos internacionales, su homogeneidad, a fin de facilitar su inmediata comprensión por usuarios aun cuando éstos se desplacen con rapidez. Por lo tanto, resulta imprescindible reglamentar la forma y disposición de las marcas viales, unificando su significado y sus normas de implantación en toda la Red de carreteras de Interés General del Estado.