La demanda de tráfico en las vías interurbanas de la Red de Carreteras del Estado se ha venido resolviendo en los últimos 30 años mediante carretera convencional o autovía (hoy en día con plenas características de autopista). Esta polarización de las alternativas provoca una importante discontinuidad de las prestaciones para los usuarios, y muy especialmente en los niveles de seguridad. De forma semejante, los costes de construcción y conservación también resultan muy diferentes.
Sin embargo, existen hoy en día alternativas técnicas suficientemente contrastadas que pueden constituir una respuesta intermedia que no conlleve necesariamente la construcción de una carretera de alta capacidad. Se trata de un nuevo tipo de vía que ha venido consolidando su denominación internacional como Carretera 2+1 y actualmente cuenta con una amplia experiencia en muchos países europeos (Suecia, Finlandia, Alemania, Francia, …) y del resto del mundo (EE.UU., Canadá, Australia, …). Incluso se da el caso de países que están en fase de expansión y mejora de su red viaria, como Polonia, donde han apostado de forma decidida por esta solución.
Las Carreteras 2+1 disponen de una única plataforma donde se mantiene una separación permanente entre sentidos de circulación, no siempre a través de sistemas de contención de vehículos, que incorpora un carril adicional reservado alternativamente a uno y otro sentido de circulación para permitir la maniobra de adelantamiento. Todo ello supone una franca mejora de las condiciones de seguridad vial y del nivel de servicio de la carretera.